Toda una vida
en Euronda

Agostino, toda una vida en Euronda

43 años y una gran pasión

«Me contrataron cuando acababa de cumplir 14 años, y todavía sigo aquí». Nos lo cuenta Agostino, empleado histórico y figura legendaria de Euronda, con más de 43 años de carrera a sus espaldas y todavía con muchas ganas de continuar.

Contratado en 1977 por Gino Montagnani, el histórico fundador de la empresa, Agostino ha desarrollado toda su vida laboral en Euronda, siendo testigo y parte activa de todos los cambios, transformaciones, retos y éxitos de la que considera a todos los efectos su casa y su familia. Actualmente, Agostino es una figura clave, conocido y apreciado, es un punto de referencia para la empresa y los empleados, tanto desde el punto de vista humano como profesional, en su puesto de Responsable de Almacén y Logística.

Por eso no es de extrañar la presencia de Agostino en el equipo elegido por la dirección para encontrar el lugar adecuado y participar en la construcción de una nueva gran casa para Euronda. Una tarea que en 2018 condujo a la inauguración de la nueva y modernísima sede, verdadero orgullo de Agostino, que precisamente durante las celebraciones fue premiado por su gran dedicación a este proyecto y durante toda su carrera.

Desde los inicios hasta la nueva sede

«En 1977 – explica Agostino – Euronda era un pequeño almacén que compartíamos con otra empresa en Montecchio Precalcino. Nuestros productos eran básicamente negatoscopios, compresores y bandejas, pero sobre todo eyectores de saliva, que nosotros mismos fabricábamos y las familias del pueblo encapuchaban a mano».
Funcionaba así: dos veces por semana, las mujeres entregaban los productos ya montados y recogían los que se debían montar. Era un continuo ir y venir que mantenía unidos el pueblo y la empresa, y todavía en la actualidad Euronda conserva este vínculo indisoluble con su territorio de origen.
En aquella época Agostino se encargaba de los envíos. «El objetivo era expandirse, aumentar la oferta de productos, trabajábamos duro para poder tener nuestro propio almacén».

En menos de diez años, Euronda se expandió y Agostino continuó ocupándose del almacén que actualmente ocupa una superficie de 400 metros cuadrados. El volumen de envíos aumentó. Llegaron los primeros ordenadores, las estanterías se codificaron, pero las personas, como siempre, eran las que marcaban la diferencia.

Con la llegada de la nueva sede, el almacén siguió creciendo, ahora trabajan 16 personas entre aceptación, logística y envío. Se crearon dos almacenes automáticos verticales. Y allí estaba Agostino. Después de pasar 43 años en Euronda, todavía quiere dar lo mejor en cuanto a gestión y optimización. Por supuesto que la jubilación le está esperando… «Puede seguir esperando» – afirma – «Mi vida está aquí».

Mi almacén actual

«¡Entrar en la nueva sede ha sido para mí un sueño!» – continúa Agostino – «Euronda me ha dado muchas cosas, pero sin pecar de falsa modestia puedo decir que yo también he aportado mucho a la empresa. Actualmente, siento que poder disfrutar de la nueva sede es un logro que también me pertenece un poco».

«Hemos recorrido un largo camino para llegar hasta aquí» admite. Y orgulloso nos habla de su almacén, de todas las intervenciones realizadas y las implementaciones para llegar hasta lo que hoy es.

Eficiencia y seguridad son las dos palabras clave. La seguridad es lo más importante. El respeto de las normas, los protocolos y la formación son fundamentales, pero además de las instalaciones y la maquinaria, también se han replanteado los flujos, creando espacios diferenciados y pasillos de trabajo, que permitan trabajar bien con la máxima seguridad. Y luego está la otra cara de la moneda: la eficiencia. El objetivo ha consistido en optimizar todos los procedimientos, eliminar los errores, acortar los plazos. Y continúa:

«Hemos trabajado mucho en estos aspectos, pero para mí también ha sido siempre fundamental saber crear un espacio de trabajo armonioso, donde la relación humana sea lo principal. Formar un equipo, que los chicos estén contentos… Ellos son los que ayudan a salir adelante y es en ellos en los que debemos centrarnos para crear un ambiente tranquilo y de colaboración».

«En general, todavía hay mucho por hacer. Siempre se puede mejorar, estamos creciendo muy rápido y por eso también tenemos que correr nosotros, seguir el ritmo y, cuando sea posible, adelantarnos».

Euronda es mi hogar

«He sido muy afortunado» explica Agostino. «He tenido 3 familias, la mía pero también la de Montagnani y la de Basso. Gino Montagnani primero, y actualmente Paola Montagnani y Renato Basso, además de representar a la dirección, son como de la familia, con los que puedo hablar con franqueza todos los días».

Un vínculo con Euronda y con las personas que forman parte de ella muy íntimo, tanto a nivel profesional como humano.

«Esto no solo depende de mí ni de mi historia, afirma Agostino. A pesar de haber crecido tanto, en Euronda todavía se percibe una gran apertura, la posibilidad de ser escuchados y tomados en consideración a todos los niveles. Los dueños hablan con todos, escuchan a todos, y esto supone un apoyo indiscutible».

Ver cómo crece la empresa, apoyarla en los momentos de transición, en los grandes retos, poner de nuestra parte para mejorarla y llegar hasta lo que es en la actualidad: esta es la historia y la vida de Agostino, que para terminar afirma:

«Lo digo claramente: admiro esta empresa. En Euronda siempre me han acogido y apoyado. Llegué aquí siendo un muchacho, un muchacho al que se le dio la oportunidad de crecer y realizarse. Hoy, entrando por la puerta de la nueva sede, puedo recorrer todo el camino andado y reconocer también mi aportación. De esto sobre todo me siento orgulloso y agradecido».
Y solo podemos decir: ¡gracias a ti, Agostino!

Pero también un gran agradecimiento a todos los que han trabajado y trabajan todos los días en Euronda, los que después de 40 años de carrera se han jubilado y los que pronto lo harán.
Si, en cierta manera, Agostino es el campeón en cuanto a antigüedad en Euronda, es justo recordar también a Mariangela, Francesco y Paolo, que junto con muchos otros se han jubilado recientemente tras 40 años (o casi) de actividad. En definitiva, todas las personas que con su esfuerzo han llevado a Euronda a ser lo que es. ¡Gracias!

06/12/2019

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